Clases de ELE en tiempos de coronavirus
Desde el comienzo del coronavirus, home learning es uno de los términos que más he escuchado en el entorno educativo, y que, sin duda, ha tenido un gran impacto en la forma de enseñar. De la noche a la mañana, tuvimos que adaptar todas nuestras clases a un formato online, y por supuesto, eso solo pudo ser gracias a la tecnología.
Por eso, además de todo lo que ya se ha hablado de lo que la tecnología puede aportar a la enseñanza de lenguas extranjeras, me gustaría contaros aquí tres aspectos que la misma nos ha aportado, tanto a profesores como a alumnos, en nuestras clases de español en estos tiempos de crisis.
1. Rápida adaptación al cambio
Zoom, Skype, Hangouts... son solo varios ejemplos de aplicaciones al alcance de nuestra mano con las que hacemos clases en línea desde el primer día y gracias a las cuales no hemos tenido que interrumpir la actividad docente.
2. Apertura de nuevos horizontes
Antes del coronavirus, muchos profesores y alumnos, jamás se hubieran decantado por una modalidad de enseñanza en línea, sin embargo, esta crisis ha abierto nuevas oportunidades. Los profesores hemos desarrollado nuevas habilidades tecnológicas para mejorar nuestras clases, las cuales, además, podremos seguir compaginando con las clases presenciales en el futuro para satisfacer las necesidades de nuestros alumnos. Y los alumnos ya están viendo los beneficios de ser más autónomos en su aprendizaje.
El aula ya no es el único escenario en el que profesores y alumnos nos encontramos, sino que ahora nos vemos a través de la pantalla cada uno en nuestras casas, lo que nos ha permitido crear un entorno de aprendizaje nuevo, diferente y más distendido. Además, la impuntualidad ya no es un problema, ya que todos nos conectamos a la clase a golpe de clic.
Y a vosotros, ¿qué ha aportado la tecnología a vuestras clases de idiomas en tiempos de coronavirus?
¡Un blog muy guachi!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con los planteamientos que has presentado. En el apartado de adaptación al cambio, me gustaría añadir que, si bien nos estamos adaptando a esta nueva situación, también somos dependentes de estos programas. Cuántos de nosotros no habremos gritado en pánico cuando se nos corta la conexión en plena clase, o hemos maldecido a Bill Gates y a todos los desarrolladores de Zoom cuando no carga la plataforma. Nuevas soluciones, nuevos problemas supongo.
Lo de la flexibilidad y lo horizontes me encanta y, de hecho, trabajar desde casa me ha permitido dedicar más tiempo al máster. Ahora tengo curisidad por saber cúal será el siguiente paso...¿hasta el horizonte y más álla?
Un abrazo,
Nacho
Me gusta mucho el título de la entrada, muy original. Creo que el tema también es muy relevante porque estamos dando un paso gigante de adaptación obligatoria al uso de las TIC en la enseñanza. Nunca me habría planteado las clases online de no ser por la situación actual. De hecho, ahora tengo más oportunidades para trabajar con la tecnología en clase y que mis estudiantes conozcan aplicaciones y herramientas más motivadoras para aprender. Una de las cosas que disfruto como bien tú planteas es la comodidad de no tener que salir de casa. No obstante, prefiero las clases presenciales y el contacto más directo con los alumnos. Ya estamos en este barco así que olmo nos queda esperar a ver qué dirección toma.
ResponderEliminarAbrazos,
Danay
Gran aportación. En mi opinión, no ha sido la tecnología la que ha hecho posible esta transformación, sino la capacidad de adaptación del ser humano en general y del profesor en particular. Estoy seguro que, si no hubiera internet, los profesores hubieran seguido enseñando subidos a un árbol (por eso de la distancia social). Pero lejos de restar importancia a la tecnología, esta me ha permitido continuar mis clases en tiempos de coronavirus.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola. Gracias por tu entrada. Coincido totalmente contigo en que esta pandemia sin las TIC, no sería lo mismo en el ámbito educativo. Sin embargo, querría hacer una pequeñísima puntualización. Los alumnos siguen llegando tarde a la clase, y lo peor es que ya no tienen excusa. A mí una minoría se me conecta cuando le da la gana, y algunos incluso me dicen: profe, me descuelgo, que voy a cocinar, o quitan la cámara, pero dejan el sonido, y los oyes pasando la aspiradora, o hablando con la abuela. Muy gracioso.
ResponderEliminarRaquel